lunes, 30 de junio de 2008

Islas Malvinas, Un poco de todo.


En inglés se les llama kelpers o islanders.
Las Islas Malvinas (en
inglés, Falkland Islands), también conocidas como Islas Falkland en algunos países hispanohablantes como Chile, constituyen un archipiélago situado en el Océano Atlántico Sur, en la plataforma epicontinental llamada Mar Argentino, a una distancia mínima de 480 km de la Patagonia argentina, a 772 km al noreste del cabo de Hornos, 1.080 km al oeste de las Islas Georgias del Sur y a 940 km al norte de la isla Elefante en la Antártida.
Las islas son administradas por el
Reino Unido a partir de su toma de posesión en 1833, cuando estaban bajo control argentino. Constituyen en la actualidad un Territorio Británico de Ultramar. La República Argentina no aceptó nunca la administración británica, considerándolas una parte integral e indivisible de su territorio que ha sido ocupada ilegalmente por una potencia invasora. En tal sentido, las incluye como parte de su provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. En 1946, el Reino Unido inscribió a las Malvinas en la lista de territorios no autónomos de las Naciones Unidas,[1] [2] por lo que la situación de las Islas es examinada anualmente por el Comité de Descolonización. La capital es Puerto Argentino/Stanley, siendo Stanley (antes Puerto Stanley) el nombre oficial británico y Puerto Argentino el argentino desde 1982.
La primera ocupación efectiva de las islas fue hecha por una compañía privada
francesa, que luego reconoció la soberanía de la Corona de España, casi simultáneamente con un asentamiento británico y posteriormente, argumenta Argentina, pasaron a las Provincias Unidas del Río de la Plata, una vez que declararon su independencia de España. El 2 de enero de 1833, el Reino Unido tomó el control de las islas, desde entonces y hasta el día de hoy ha mantenido el control sobre las islas exceptuando un breve hiato durante la Guerra de Malvinas, en 1982. A su vez, durante el mismo período, la Argentina ha reclamado enérgicamente ante los organismos internacionales por lo que considera su legítima soberanía sobre las islas.
El archipiélago de las Malvinas está formado por algo más de doscientas islas, donde se destacan dos islas principales:
Isla Gran Malvina al oeste, tiene una superficie de 4.377 km²
Isla Soledad al este, tiene una superficie de 6.353 km²
Existen gran cantidad de pequeñas islas e islotes satélites, algunos de los cuales conforman verdaderos archipiélagos, tales como los de las
islas Sebaldes o Sebaldinas al noroeste de la isla Gran Malvina y la pequeña isla Beauchene, a unos 55 kilómetros al sur del extremo meridional de la isla Soledad, la Punta del Toro o de la Marsopa.
Al sur de las Malvinas se encuentra a poca profundidad el
Banco Burdwood o Namuncurá, en el cual las prospecciones indican la existencia de un rico conjunto de yacimientos mineros, incluyendo los de hidrocarburos.
El nombre "Malvinas" es una derivación de Malouines, topónimo que les habían dado los navegantes
franceses y flamenconeerlandeses en referencia al puerto de Saint-Malo, en Francia, desde donde partían. El nombre de las islas en inglés fue acuñado por el navegante John Strong en honor a Anthony Cary, quinto vizconde Falkland, tesorero de la Real Armada Británica. A los residentes de las Malvinas se les conoce como kelpers; el nombre deriva de las algas que se encuentran alrededor de las islas, llamadas kelp en inglés. No obstante los malvinenses prefieren llamarse islanders.


Historia.


No existe evidencia totalmente comprobada sobre quiénes y cuándo descubrieron las islas. Una de las hipótesis es que las mismas fueron avistadas por primera vez en el año 1520 por la expedición de Fernando de Magallanes, al buscar un pasaje hacia el Océano Pacífico. Esteban Gómez les dio el nombre de la nave que comandaba: San Antón, es por esto que en los antiguos mapas aparecen con el nombre Islas Sansón al ser eludida la "t"; Simón de Alcazaba y Sotomayor y Alonso de Camargo las visitaron antes del año 1540 y las describieron en el Islario de Santa Cruz en el año 1541: "Al oriente del puerto de San Julián... a cincuenta y un grados de altura". En esas épocas fueron conocidas con nombres españoles como Islas de San Carlos e Islas de los Patos. Las Malvinas fueron frecuentemente confundidas con una supuesta isla llamada Pepina (apodada parofónicamente Peypus por los británicos), aunque también han sido llamadas imprecisamente así otras ínsulas del Atlántico Meridional.

Mapa de las Islas Malvinas, con la toponimia argentina

Catedral de Christchurch

Sello de las Islas Malvinas de 1/2 penique del año 1891.
Los
corsarios británicos John Davis, Francis Drake y Richard Hawkins, a la caza de los galeones españoles, las habrían percibido en la lontananza, pero no pusieron pie en tierra ya que las habrían confundido con las costas patagónicas.
En 1600 un marino holandés,
Sebald de Weert, visitó las islas. Es por ello que los mapas holandeses de la época mostraban el nombre de Islas Sebald.
El primer desembarco documentado no ocurrió hasta cerca de un siglo después, en
1690, con John Strong. Éste navegó entre las dos islas principales, dándole al pasaje el nombre de Falkland Channel (en la actualidad Falkland Sound o Estrecho de San Carlos), en honor de Anthony Cary, 5º vizconde de Falkland, el cual, como comisionado del Almirantazgo británico había financiado el viaje. Las islas tomaron posteriormente el nombre de Islas Falkland del brazo de mar que las separaba. Esto provocó con posterioridad una serie de fricciones con España, pues este país y Gran Bretaña defendían haber descubierto cada una por su cuenta las islas y las reclamaron para sí. En 1740 se produjo un enfrentamiento armado entre las flotas de ambos países sin un claro vencedor. Posteriormente, el conde y aventurero francés Louis Antoine de Bougainville estableció un pequeño asentamiento en 1764 en la isla Soledad, al que bautizó con el nombre de Port Louis, así como un fuerte. Unos días después tomó posesión de las islas en nombre del rey de Francia (a pesar de que la colonización fuera una empresa particular suya y el rey francés se desentendiera del asunto) y las bautizó como Malouines, en honor de Saint-Malo, ciudad francesa de donde partieron los primeros colonos. De la denominación francesa procede el nombre que se da actualmente al archipiélago en español.
El
Reino de España protestó una vez más ante lo que consideraba la ocupación de un terreno propio, esta vez ante la corte francesa. En 1766 Francia accedió y reconoció la soberanía española sobre el archipiélago, con la condición de que se diese una indemnización a Bougainville por su esfuerzo al pagar la expedición y el establecimiento de la colonia. Los ciento quince colonos franceses quedaron bajo el gobierno de Felipe Ruiz Puente, que procedió a construir una capilla consagrada a Nuestra Señora de la Soledad (de donde derivó el nombre de la isla principal) y varios edificios comunes como cocinas y cuarteles. También se estableció en la isla la Gobernación de las Islas Malvinas. La sede de gobierno inmediata se encontraba en puerto Nuestra Señora de La Soledad, denominación que dieron los españoles al Port de Saint Louis; aunque luego prevaleció para este puerto el nombre de San Carlos. Paralelamente, los británicos intentaron crear un establecimiento en la isla Trinidad (isla Saunders) de las islas Sebaldinas (Sebaldes Islands) también conocidas con el nombre Jasón, llamado Port Egmont. España logró la retirada de los británicos en el marco de los acuerdos llamados Convenciones de Nutka o de San Lorenzo. Con estos acuerdos, entre otras cuestiones, el Reino Unido reconocía la soberanía hispana en los archipiélagos del Atlántico Sur próximos al continente americano a cambio de asentarse en la isla de Nutka, adyacente a la de Quadra y Vancouver (actualmente conocida sólo como Vancouver, en Canadá). En cualquier caso, las fuentes británicas afirman que los británicos dejaron una placa alegando sus derechos de soberanía.
En tiempos de la
Revolución de Mayo la guarnición de Malvinas fue llamada a Montevideo para enfrentar el levantamiento. Las islas fueron evacuadas en 1811 y, al igual que los británicos, se dejó una placa afirmando los derechos de soberanía. Las Malvinas quedaron desiertas hasta 1820, siendo sólo visitadas por barcos balleneros de diversas nacionalidades.
Una vez establecida la
independencia argentina de la corona española, las islas pasaron a ser de soberanía argentina. En 1820 el gobierno de Buenos Aires envió una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos. Durante el inicio de dicha soberanía, las Islas Malvinas dependían políticamente del Gobierno de Buenos Aires y eran utilizadas como lugar de reclusión de delincuentes peligrosos. El gobierno de Buenos Aires debía a Jorge Pacheco, comerciante, asociado con el hamburgués Luis María Vernet, suma que no podía abonarle y le ofreció que se resarciera con el usufructo de los ganados alzados que había en las islas Malvinas. Vernet el socio de Pacheco, acepto el ofrecimiento. Hizo una primera expedición al archipiélago en 1823; volvió en 1826 y desde Puerto Soledad se dedicó a la organización de sus futuras operaciones; el 5 de enero de 1828 el gobierno le otorgó la tierras que ambicionaba y que había explorado. El 10 de junio de 1829 se creó la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas con asiento en la isla Soledad y jurisdicción en las islas adyacentes al Cabo de Hornos; Luis Vernet fue designado comandante en Puerto Soledad.

Sello de las Islas Malvinas con la imagen de la isla Georgia del Sur.
Con Vernet embarcó una veintena de colonos ingleses y alemanes, además de su propia familia; en agosto de 1829 llegó a Berkeley Sound o Bahía Francesa; el 30 del mismo mes tomó posesión de las islas; era el día de
Santa Rosa de Lima. En las proximidades de San Carlos, fundó la población llamada Puerto Luis al fondo de la bahía San Luis entre la península de Fresinet al sur y la península de San Luis al norte. Se dedicaron los colonos a la ganadería, a la salazón de pescado, a la plantación de árboles, a levantar corrales, pero la actividad principal fue la caza de ballenas. Estos cetáceos habían mermado mucho en su número por los abusos de los barcos balleneros. Vernet trató de limitar los excesos y el 1° de agosto de 1831 apresó a la goleta Harriet, norteamericana, en la bahía de San Salvador, por violación de la reglamentación de pesca; el 18 del mismo mes hizo lo mismo con la Breackwater, y con la Superior. El rigor de Vernet levantó protestas de los balleneros, y la corbeta de guerra Lexington desembarcó su marinería en Puerto Soledad, destruyó las instalaciones, apresó a los colonos y puso fin a la empresa de Vernet.
El encargado de negocios de los
Estados Unidos en Buenos Aires se entrevistó el 15 de junio de 1832 con Manuel Vicente Maza y negó que las Provincias Unidas tuviesen derecho a reglamentar la pesca en los litorales en los que ejercía jurisdicción, amenazando a las autoridades si no volvían a reconocer al cónsul Slacum, con el que habían roto relaciones a raíz de esos hechos. Baylies, el encargado de negocios, enviado por el presidente Andrew Jackson, recibió sus pasaportes de las autoridades de Buenos Aires, prefiriendo entenderse con el secretario de Estado norteamericano. Pero entretanto Inglaterra había decidido regresar a la islas Malvinas.

Sello de las Islas Malvinas de 1929.
Las instalaciones destruidas por la marinería de la
Lexington no habían sido renovadas por el gobierno de Buenos Aires. Y el 2 de enero de 1833 apareció frente a Puerto Soledad la fragata de guerra Clio, al mando del capitán John James Onslow, a quien envió desde Río de Janeiro el jefe de la estación naval inglesa en aguas sudamericanas, T. Baker. Se encontraba en el lugar el buque de guerra Sarandí, al mando de José María Pinedo, encargado de transportar a las Malvinas al nuevo comandante civil y militar interino de Puerto Soledad, sargento mayor de artillería Esteban José Francisco Mestivier. La Sarandí tenía orden de tomar posesión de la isla Soledad y demás adyacencias hasta Cabo de Hornos; en caso de agresión dejaría a Mestivier los elementos que necesite para la defensa. El 10 de octubre de 1832 Mestivier y Pinedo se instalaron en la isla y mientras la Sarandí recorría los litorales del archipiélago y ahuyentaba a los pesqueros extranjeros, la guarnición dejada a Mestivier en Puerto Soledad se sublevó y dio muerte a su jefe. Tal fue el espectáculo que halló Pinedo al regresar de sus viajes. El 2 de enero de 1833 entró en la bahía la nave de guerra británica Clio y su comandante Onslow comunicó al jefe argentino que iba a reafirmar la soberanía británica y retomar posesión de las islas en nombre del rey de Inglaterra. Pinedo no se consideró en condiciones de resistir y optó por embarcar a sus hombres. Al día siguiente desembarcaron las fuerzas británicas, izaron el pabellón inglés y arriaron el que había dejado Pinedo, que abandonó al día siguiente las aguas de la isla y fondeó en la rada interior del puerto de Buenos Aires el 15 de enero, e informó al día siguiente al gobierno de lo ocurrido.
La prensa de Buenos Aires atacó irritada a los autores del atentado; protestaron los representantes, los ciudadanos, el gobierno, el embajador argentino en
Londres, Manuel Moreno; se pidió entonces una reparación, pero no se ha logrado nada y las Malvinas siguen bajo el dominio de Gran Bretaña.

Tierra del interior
En 1842 la casa bancaria
Baring Brothers envió a Buenos Aires un comisionado para llegar a un arreglo en el pago de la deuda atrasada, cuyo servicio no se abonaba desde 1828. Rosas ofreció, y encargó a Manuel Moreno de la propuesta, la cesión de las Malvinas a Inglaterra, a cambio del empréstito y de las deudas vencidas, pero la gestión no dio resultado, según mostró V. J. Lavalle Cobo en el "Anuario de la Sociedad de Historia Argentina" (1940). En nombre del gobierno de Rosas, el ministro Felipe Arana daba el 31 de noviembre de 1838 estas instrucciones al ministro plenipotenciario en Londres, Manuel Moreno: “Insistirá, así que se le presente la ocasión, en el reclamo respecto de la ocupación de las islas Malvinas, y entonces explorará con sagacidad sin que pueda trascender ser idea de este gobierno si habría disposición en el S. M. B. para hacer lugar a una transacción pecuniaria, que sería para cancelar la deuda pendiente del empréstito argentino”.
Se volvió sobre este asunto en ocasión de la llegada en 1842 del comisionado de la casa Baring Brothers, Paliciou Falconet, pero éste no quiso admitir el arreglo propuesto. En marzo de 1844, el ministro de Rosas, Insiarte, reiteró el ofrecimiento de dichas islas en pago de la deuda.


Guerra de las Malvinas.


Ciento cincuenta años más tarde, los dirigentes de la dictadura argentina idearon la reconquista de las Islas Malvinas. Fuerzas argentinas recuperaron el control de las islas el 2 de abril de 1982. Comenzada la Guerra de las Malvinas, los británicos respondieron con una fuerza expeditiva que desembarcó seis semanas más tarde y después de duros combates forzaron la rendición argentina el 14 de junio de 1982.


Estatus tras la guerra
Tras el final de la guerra, el gobierno del Reino Unido prohibió el ingreso de cualquier civil con pasaporte argentino a ellas y posteriormente, el 23 de julio de 1982, estableció la "Zona de Protección de las Malvinas" centrada en el mismo punto del estrecho de San Carlos que la anterior "Zona de Exclusión Militar de 200 millas de radio", pero con un radio de 150
millas náuticas, junto con un mar territorial de 12 millas. El 29 de octubre de 1986 creó la "Zona Interina de Conservación y Administración de las Islas Malvinas", reclamando por primera vez una zona de pesca exclusiva en torno a las islas. El 22 de agosto de 1994 el Reino Unido amplió sus reclamos marítimos al crear la "Zona de Conservación Externa de las Islas Malvinas", llevando la zona bajo su control a 200 millas de la línea de base al este de las Malvinas, lo cual ha sido una fuente adicional de fricciones con la Argentina, al solaparse con la zona económica exclusiva continental argentina al oeste, norte y sur de las islas.
Actualmente los argentinos pueden ir con pasaporte de turistas a las Islas Malvinas. Las negociaciones están trabadas debido a las pretensiones británicas de que dichas conversaciones se den entre el Reino Unido, Argentina y representantes de los habitantes de las Malvinas a los que les reconoce el derecho a decidir el futuro de las mismas. El gobierno argentino, utilizando como argumento las resoluciones de las Naciones Unidas relativas a la descolonización, no reconoce a los isleños como un pueblo colonizado, sino como un pueblo trasplantado artificialmente a las islas por los colonizadores británicos y por lo tanto sólo puede tener en cuenta los "intereses" de los isleños pero no sus "deseos". Por lo general se entiende (al haber nacido o ser descendientes de súbditos británicos) que el sentimiento de los habitantes es claramente contrario a cualquier forma de relación con Argentina.

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